LA PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA
AL ESTE DEL BURLADERO
No es este un blog dedicado a una de mis aficiones más intimas: los toros. Tampoco tengo conocimientos ni capacidades para hacerle la competencia a la brillante Elena Pérez @unadeldos o al magnífico David Díez con su blog imprescindible «el toro de la jota». Este es un blog de política e incluso de políticas, y precisamente por eso quería dar tres pinceladas acerca de la horrible y pésima gestión que la Diputación de Zaragoza está haciendo de uno de sus menesteres más conocidos por los ciudadanos: la Plaza de Toros de Zaragoza.
La primera reflexión es que mal acaba lo que mal empieza. La DPZ sacó un pliego de condiciones para la contratación de la Plaza que causaría vergüenza a un alumno de primer curso de Derecho Administrativo. Lo peor vino después, cuando la empresa que se adjudicó finalmente el concurso, SEROLO, pidió aclaraciones al pliego. Era un pliego minúsculo, parco, obtuso y para tontos y llega SEROLO y pide aclaraciones. Como dirían en Oregón TV «The first in the front». Esta va por ti, Elena.
Segunda consideración. SEROLO es un desastre. Pero era un desatre evitable. En un terremoto los daños son achacables a fuerzas naturales ineludibles. Se llama, en derecho, causas impresibles o de fuerza mayor. Si uno va en un coche a 220 kms hora en un tramo de 80 y tras accidentarse mata al de al lado, tiene responsabilidad civil y penal porque ha cometido una imprudencia y el resultado era previsible. Con impagos en otras plazas a ganaderos y toreros, y habiendo salido corriendo SEROLO ya no de plazas sino de provincias enteras, nadie en Diputación tuvo el detalle de exigir en el pliego de condicines administrativas particulares que una empresa que no estuviese al corriente en todos los pagos exigibles a una mercantil no pudiera concursar. Cautela que se preve en el 99 por ciento de los pliegos de contratación administrativa que he tenido ocasión de revisar en mis ya 16 años de vida profesional como abogado, y son unos cuantos. Luego SEROLO era un petardo con mecha, que olía a pólvora y DPZ le adjudicó el concurso de manera absolutamente imprudente.
Tercera consideración. Una vez surge el problema allá por finales del año pasado, la capacidad de reacción de DPZ ha sido nula. Mal asesorada en los tribunales, donde lleva atascada un año por impericia procesal, la incapacidad política ha sido manifiesta. Quiero pensar que el Sr. presidente de la Diputación no se ha encargado personalmente de resolver este entuerto que ha matado ya sin remedio la Feria del Pilar en 2013. Conozco personalmente a Luis María Beamonte y es una persona capaz, con tesón, intelectualmente muy solvente y un gran trabajador. Es, créanme, un político brillante y no me explico por qué razón no ha tratado personalmente él de resolver este asunto. Me consta que él lo hubiera resuelto. Y es además, un buen aficionado a los toros. Pero ha fallado estrepitosamente en la designación de las personas que gestionan la Plaza y que, por otra parte, son hoy los que eran hace muchos años.
Y para acabar una reflexión y un deseo: la temporada taurina 2013 nació ya muerta. El daño a la Fiesta es tremendo, porque mata la pasión de los aficionados y no surgen nuevos. La imagen de la que fue una de las mejores plazas de España no es que sea mala, es que directamente hoy Zaragoza no existe en el escenario taurino. El daño que la mala gestión política puede hacer a los administrados es patente. Mi deseo último es que de cara al año que viene Luis María Beamonte se ocupe, de verdad, de gestionar la plaza. Para eso debe cesar a los actuales y buscar gente AJENA A DPZ. Sí sí, repito, ajena. Sobran buenos aficionados en Zaragoza y excelentes profesionales.
Elena, David, estoy todo el día dale que te pego al Unadeldos y a Eltorodelajota, pero nada, no hay síntomas de que este muerto resucite. Salud.
Víctor M. Serrano Entío. Abogado.
Muchas gracias por la mención.
Creo que gran parte del problema es más para tu blog (de política y políticas) que para los nuestros. Llevamos ya años (cómo está Zaragoza no sólo es culpa de esta empresa y esta Corporación) con adjudicaciones y «cambios de mano» como poco «sorprendentes» sin que pasara nada. Ahora, ha pasado. Y me temo que, pese a la brillantez política del sr. Beamonte y a que no dudo que sea un señor preparadísimo, es tan gorda la que le «han colao» que no sabe ahora mismo por donde meter mano al asunto.
Igualmente creo que se equivoca con no salir a dar al menos una explicación.
Nos veremos por el tendido, «uno del dos» (¿cuándo? ah, quién sabe…)
Un saludo,
Comparto contigo que no explicar la situación es un error igual de grave que no haber sabido solucionarlo.
Un abrazo.