AHORA MÁS QUE NUNCA, POLÍTICAS SOCIALES DE VIVIENDA
No es cierto que todo mal pueda frenarse con su correspondiente Ley. Bien al contrario nuestras sociedades caen en un excesivo normativismo: todo problema ha de tener norma específica que lo resuelva, y de ese falso planteamiento nace la frustración por ineficacia. Gobierno y oposición trabajan aceleradamente en un acuerdo para tratar de cercenar el drama social de los desahucios. La tarea es muy difícil. Hay 100.000 desahucios anuales en España -desde hace cuatro años- que son consecuencia directa del empobrecimiento del país y sus familias. La causa principal de esos desahucios son las ejecuciones hipotecarias, es decir, impagos en la cuota mensual del préstamo que terminan con el propietario desahuciado y desposeído del inmueble. Resulta dificilísimo arbitrar medidas de política legislativa eficaces que pongan freno a lo que no es la causa sino el síntoma, ya que la causa es el empobrecimiento y problemas de techo y habitación de capas extensas de la población. Mientras llegan los cambios legislativos, al menos debemos ser conscientes de que en estos momentos hay un drama social urgente al que acudir con medidas excepcionales para poder dar cobijo a familias enteras en situación desesperada.
A lo primero que habrá que acudir el Legislador es a que hay que separar claramente el problema de sus causas. Se habla desde esferas políticas y plataformas de parar todos los desahucios y de la dación en pago como solución. La invocación de la “dación” es como el bálsamo de Fierabrás, con el que don Quijote pretendía ahuyentar todo temor a la muerte. Pero la dación en pago, es decir, yo entrego las llaves de mi casa porque no puedo pagarla y el Banco se la queda sin que tenga nada más que reclamarme, no es solución en sí misma. La dación en pago no palía el drama de perder habitación y techo porque culmina con el propietario y su familia en la calle, más allá de criterios de justicia económica y social que comparto por cuanto, al menos, no se debe seguir permitiendo a los Bancos hacer negocio de sus malas prácticas y su artificiosas tasaciones, infladas a pulmón durante la burbuja inmobiliaria. Aviso a neoliberales: si la Banca es un negocio que se sometan a las reglas de mercado y, como en todo negocio, que ganen o pierdan, pero que no ganen siempre.
La reforma de las leyes hipotecarias deberá hacer auténticos juegos de equilibrio para no dañar a quienes no sin sacrificio y esfuerzo y prescindiendo de muchas cosas pagan puntualmente su hipoteca. Y sin abrir ninguna puerta a un nuevo marco que favorezca los impagos hipotecarios porque entonces España como país tendrá un problema aún mayor de financiación de su deuda, se empobrecerá más, destruirá más empleo y se agravará la desesperación de muchas personas. Por eso, más que confiar en un marco legal hipotecario cuasi milagroso, el esfuerzo de todo el país y sus ciudadanos debe ir encaminado a políticas sociales solidarias que atiendan al drama cotidiano de quedarse sin un techo. Es el momento de apostar de verdad por la vivienda social en régimen de alquiler amparando primero las casuísticas más urgentes. Se puede y se deben flexibilizar las leyes hipotecarias actuales pero no hay Ley milagrosa contra la pobreza. Sólo apostar de verdad por la vivienda social en alquiler puede paliar el problema. No se me ocurre ningún destino mejor de los impuestos que procurar cobijo a quienes lo necesitan.
Víctor M. Serrano Entío. Abogado, experto en derecho inmobiliario y vivienda.